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¿Lo sabes todo sobre la Huella de Carbono?

Iniciamos una serie de artículos sobre la Huella de Carbono. Comenzamos por conocer su origen y el por qué se calcula, y seguiremos con más información sobre esta herramienta de medición del impacto ambiental de las organizaciones. 

La actividad de la humanidad en el transcurso de la historia reciente del planeta Tierra ha ocasionado un aumento precipitado e incontrolable de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Estos gases son los principales causantes del cambio climático, alterando de forma negativa y directa los ciclos naturales del medio ambiente, con consecuencias a corto, medio y a largo plazo, como los cambios en el medio físico (agua, atmosfera y tierra). Hay que tener en cuenta que estos efectos implican también, de forma indirecta, afectaciones tanto a nivel económico, social como cultural.

El cambio climático se caracteriza por ser un problema global con impactos locales, lo que supone una responsabilidad compartida entre los diferentes actores implicados. De esta forma, es necesario trabajar tanto a escala local, desde cada empresa u organización, ya sea pública o privada, como a escala global, mediante políticas encaminadas a la lucha contra el cambio climático.

Es importante destacar que la huella de carbono se define como la totalidad de GEI emitidos directa o indirectamente por la fabricación de un producto, la prestación de un servicio, y/o el desarrollo de una organización, entidad o acto. La unidad de medición se expresa en toneladas de CO2 equivalente (Tn CO2e). El concepto “equivalente” indica que, además de tener en cuenta el dióxido de carbono (CO2) como el gas de efecto invernadero que tiene más impacto sobre el cambio climático, también se ha de calcular el impacto de otros gases como el metano (CH4), el óxido de nitrógeno (N2O) y los hidrofluorocarburos (HFC).

El primer paso es medir el estado inicial de la huella de carbono. ¿Cómo?, creando un inventario de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) como organización. Una vez realizado el cálculo inicial, estaremos en disposición de empezar a combatir mediante acciones concretas el cambio climático, aplicando en muchos casos la reducción de emisiones a la atmosfera derivadas de nuestra actividad económica.

Además del concepto técnico de la huella de carbono, a nivel contextual, el cálculo y posterior tratamiento posiciona a las organizaciones hacia la contribución al ODS número 13 de Acción por el Clima. Recordamos que los 17 ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible fomentados por Naciones Unidas) son objetivos a nivel mundial de la Agenda 2030 respecto a la sostenibilidad, incluyendo políticas contra el cambio climático.