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Certificaciones ambientales: más allá de la ISO 14001

La aplicación de diferentes normas por parte de las organizaciones relacionadas con la protección del medio ambiente, mejoran su imagen y promocionan su competitividad empresarial. 

La implantación de un Sistema de Gestión Ambiental según la norma ISO 14001 proporciona una serie de beneficios para las organizaciones. Esta certificación supone un primer paso en la mejora de la protección ambiental, pero, una vez consolidada, se puede optar por diferentes sistemas que nos ayudarán de manera específica a mejorar nuestra gestión en función nuestros puntos críticos. Estos modelos pueden ser certificables o no y pueden referirse a diferentes materias como el agua, la atmósfera, los residuos, etc.

De entre la gran variedad de opciones os destacamos:

  • Reglamento Europeo EMAS (Eco-Management al Audit Scheme): es una certificación europea de calidad ambiental, que permite a las organizaciones que se adhieran a ella medir, evaluar, informar y mejorar su comportamiento medioambiental. Este Reglamento está basado en la norma ISO 14001, pero incluye otros requerimientos como el disponer de una Declaración Ambiental validada por un verificador independiente. Esta Declaración es una herramienta de comunicación muy potente y supone un ejercicio de transparencia que es reconocido por todas las partes interesadas, incluidas las administraciones públicas.
  • ISO 14006 Gestión del ecodiseño: se trata de una norma internacional certificable, en la que se identifican todos los impactos ambientales que se pueden producir en cada una de las fases del ciclo de vida de un producto/servicio, con el fin de intentar reducirlos al mínimo, sin detrimento de su calidad y aplicaciones.
  • ISO 50001 Gestión de la energía: igualmente, es otra normal certificable que garantiza que una organización cuenta con un sistema de gestión de la energía eficiente, que reduce el consumo de energía y el impacto medioambiental y aumenta la rentabilidad. Esta norma ayuda a evaluar y priorizar la implantación de nuevas tecnologías de eficiencia energética y a mejorar el uso y el consumo de energía.
  • Residuo cero: se centra en la prevención de residuos que fomenta el rediseño de los ciclos de vida de los recursos para reutilizar todos los productos. En su implementación se incluye: Trazabilidad de cada residuo; implementar estrategias de reducción, reutilización y valorización; colaboración con proveedores y clientes; cumplimiento de la normativa o reglamentación. Se han desarrollado modelos específicos de certificación por parte de diferentes organismos.
  • Huella de carbono: es el cálculo del volumen total de gases de efecto invernadero que producen las actividades económicas y cotidianas del ser humano y su cálculo sirve como indicador de su impacto en el cambio climático. Conocer este dato es importante para tomar medidas y poner en marcha las iniciativas necesarias para reducir las emisiones al máximo o participar en proyectos de compensación de emisiones. El cálculo de la huella de carbono dispone de diferentes referenciales certificables, como son la ISO 14064-1, el GHG Protocol o el Registro de huella de carbono, compensación y proyectos de absorción de dióxido de carbono del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

¿Conoces otros modelos para implantar la mejora ambiental en las organizaciones?