Cómo afecta la Directiva CSRD a las pymes
La entrada en vigor de la Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) afectará a la mayoría de pequeñas y medianas empresas de forma indirecta. Te explicamos los motivos y cómo dichas organizaciones deberían abordar este nuevo reto.
¿Qué es la Directiva CSRD?
La CSRD es la nueva Directiva de reporting corporativo que obliga a determinadas organizaciones a divulgar sus objetivos, acciones y resultados en materia de sostenibilidad. Con la publicación de esta Directiva, muy exigente, la Unión Europea pretende estandarizar la información que reportan las organizaciones y facilitar que sea entendible por todos sus usuarios.
¿Qué organizaciones están obligadas por la CSRD?
En líneas generales, las organizaciones que están obligadas a cumplir con la Directiva CSRD y que, por lo tanto, deben elaborar y reportar sus principales políticas, objetivos, acciones y resultados en materia de sostenibilidad, son:
- Entidades de interés público
- Grandes empresas que cumplan, al menos, dos de los tres criterios siguientes:
-Más de 250 personas trabajadoras
-Más de 20 millones de euros de balance
-Más de 40 millones de euros de volumen neto de negocio - Pymes cotizadas
- Empresas de terceros países con filial en la Unión Europea
¿Por lo tanto, la CSRD no afecta a las pymes? ¿Es así?
Las pymes no están obligadas de manera directa a cumplir con la Directiva CSRD, salvo las pymes cotizadas. Por lo tanto:
- La elaboración y reporte de la información de sostenibilidad es voluntaria para las pymes, si bien constituye una excelente práctica de transparencia y de mejora de la imagen corporativa.
- Si una pyme decide elaborar una memoria de sostenibilidad de manera voluntaria, no está obligada a seguir las reglas que plantea CSRD, es decir, puede reportar de la forma que considere más práctica y útil.
No obstante, las empresas obligadas por la CSRD deben incluir información de toda su cadena de valor en sus memorias de forma progresiva. Cuando nos referimos a la cadena de valor se entiende tanto aguas arriba (proveedores, contratistas, etc.) como aguas abajo (clientes, distribuidores, consumidores, etc.).
Por dicho motivo, cada vez será más habitual que las empresas obligadas soliciten a sus proveedores (mayoritariamente, pymes) información y datos sobre sus principales impactos ambientales, sociales y de gobernanza. Como ejemplo, en estos momentos el cálculo de la huella de carbono es uno de los principales parámetros que las grandes empresas están solicitando a sus proveedores. Pero, sin duda alguna, en los próximos meses la presión a las pymes, principalmente sobre información y mejora ambiental, será creciente.
Mi organización es una pyme, ¿Qué deberíamos hacer?
Tarde o temprano, la mayoría de las pymes deberán facilitar información de sostenibilidad a sus clientes. Por ello, recomendamos que, poco a poco, estas empresas se vayan preparando. Algunas consignas pueden ser:
- Listar los principales impactos que tiene la organización sobre el medio ambiente y las personas e identificar los temas o asuntos clave de sostenibilidad. Por ejemplo: cambio climático, ética y cumplimiento, igualdad, desarrollo profesional, seguridad y salud laboral, agua, energía, etc. No todas las organizaciones tienen la misma problemática, por lo que cada una se debe concentrar en aquellos temas con mayor impacto.
- Mantener un contacto continuo con los clientes, para confirmar qué asuntos de sostenibilidad les preocupan más.
- Medir y recopilar datos para conocer la situación actual de cada uno de estos parámetros, si no se dispone de información previa.
- Adaptar los sistemas de información para facilitar la recogida sistemática de los datos.
- Establecer objetivos de mejora y planes de acción, ya sean de reducción de los impactos positivos o de potenciación de los impactos positivos.
- Solicitar el soporte de empresas especializadas para el desarrollo de los temas más complejos, como puede ser la huella de carbono.
Es cierto que cada vez hay más requisitos y que los recursos de las pymes son limitados, pero la CSRD no es una moda, sino la evidencia que todas las organizaciones deben contribuir para dar respuesta a los retos a los que se enfrenta la humanidad y promover un desarrollo sostenible.